martes, 3 de marzo de 2009

C.A.B.A. INCORPORATED / BONUS TRACK



por Ariel Pascielli
Soberanía y Liberación
Febrero 2009



El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) está preparando la liquidación de premios (bonus track), consistente en varios sueldos para los funcionarios políticos de la estructura de gobierno, desde ministros hasta directores generales con fondos del erario público engrosado por la suba de impuestos, por la falta de realización de determinadas partidas presupuestarias, mientras no son atendidos los reclamos de los trabajadores de la educación, de salud y de vivienda, etc. y otros servicios esenciales para mejorar la calidad de vida del pueblo de la Ciudad.

Este tipo de remuneración extra es un sobre sueldo encubierto, que permite repartir una importante cantidad de dinero entre quienes ocupan cargos por pertenecer a los “equipos” que deben llevar adelante la “gestión” que votó la “gente” en su condición de “vecinos” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La exacción que se pretende llevar adelante mediante ésta arbitraria medida, no contemplada como método remunerativo en el Presupuesto aprobado por la Legislatura, agrede grosera e impunemente cualquier criterio de transparencia que deberían tener todos aquellos que acceden a cualquier cargo de gobierno para administrar la cosa pública.

Este tipo de sistema remunerativo es privativo de las empresas privadas y está directamente relacionado con el nivel de rentabilidad de la misma, a la que aportan con su gestión los ejecutivos, aunque el monto de estos premios está condicionado por los objetivos logrados por cada uno en el ejercicio fiscal.

La gestión empresaria tiene como objetivo el lucro monetario de cada compañía, lo cual resulta absurdo de aplicación en la gestión pública donde el lucro consiste en accionar para brindar mejor calidad de vida al pueblo y promover condiciones de transformación.

Esta decisión del Gobierno de la Ciudad es una parodia con el sistema de bonos que se aplica en la actividad privada, por cuanto cuyo fin traído de los pelos parece que es para beneficio exclusivo de integrantes de una casta gobernante, más allá si han cumplido o no con los supuestos que los “vecinos” esperaban d ésta adnibistración,

En el management o gestión de negocios de la actividad privada, rigen sistemas de administración por objetivos, enmarcados en una parafernalia que comienza fijando la “visión” de negocio; la “misión” -o contenido social de mercado- de la empresa; la “acción” o actividad a desarrollar; los “objetivos” generales; los “objetivos” sectoriales; los “objetivos” de cada funcionario que son, generalmente, discutidos y aprobados con el superior, reseñando las “estrategias” y “tácticas” en cada caso y detalle para poder tener un seguimiento de cumplimiento.

Todo ello se hace con el conocimiento y consentimiento del conjunto de funcionarios hasta determinado nivel, con la anuencia, escalando la pirámide, de los accionistas y dueños que fijan como parámetro la rentabilidad a lograr en cada ejercicio.

Así funcionan, en rasgos generales, las empresas en un sistema de administración por objetivos.

Así no puede ni debe funcionar ningún gobierno cuyo objetivo es cumplir lo prometido al pueblo que lo eligió.


En el caso de Macri, lo que se pretende aplicar es, como decíamos antes, una parodia por cuanto, más allá de la invasión amarilla del marketing electoral que se sigue levantando como bandera de que se está “Haciendo Buenos Aires” en el espacio público, no conocemos propuestas, ni metas, ni logros a alcanzar, ni “objetivos” a cumplir, por cuanto fue elegido por la “gente” por encandilamiento de empresario exitoso o ganador auriazul, y hoy los está padeciendo el pueblo de Buenos Aires y los mismo “vecinos” que lo instalaron en el cargo.

Este personaje parece que se ha dado objetivos de lucro futuro arruinando la escuela pública y a los docentes con medidas arbitrarias y retaceando sus ingresos; la salud pública totalmente desquiciada para dar el zarpazo que favorezca a los empresarios de la medicina; negociando la recolección de residuos, persiguiendo a pobres e indigentes; desplazando a habitantes humildes de viviendas precarias y transitorias para favorecer negociados inmobiliarios; maquillando Buenos Aires sin resolver los problemas de estructura; etc., etc,

Larga lista de “objetivos” que son premiados con bonos por que van a acercar negociados y futuras ganancias a sectores del privilegio y van a hacer de Buenos Aires, no una ciudad para su pueblo, sino un habitat al servicio de la discrecionalidad y los buenos negocios.


Ariel Pascielli
Soberanía y Liberación
Febrero 2009

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