Quienes fuimos testigos de la Asamblea Fundacional de la Central de Movimientos Populares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, debemos dar testimonio de ésa trascendente reunión que suma ésta organización al resto de los Centros creados en las provincias argentinas.
Es la decidida necesidad de crear organizaciones populares para que se nuclee en ellas el pueblo argentino para luchar por la justicia, la solidaridad y el trabajo, en un movimiento nacional, popular y revolucionario, con espíritu indo americano, para liberar al continente de las garras del imperialismo y el proyecto neoliberal de la oligarquía local y consolidar el camino hacia la edificación del socialismo.
Esta Asamblea Fundacional es un acto político trascendental que permitió al Secretario General convocar a la lucha, señalando claramente al enemigo y comprometiendo el apoyo al gobierno actual para profundizar desde él, con él y, si así no fuere, pese a él, en concretar reivindaciones nacionales y populares y en la redistribución de la riqueza, en beneficio del pueblo y de los que más lo necesitan.
El Gobierno estuvo participando de la iniciativa con la presencia y la voz del Secretario General de la Presidencia y los invitados extranjeros que en su discurso también dieron su apoyo a ésta iniciativa.
Los representantes de los movimientos populares que hicieron su aporte fueron claros en definir objetivos y cursos de acción, más allá de algún discurso cuasi maniqueo y rayano en la demagogia, que podría atribuirse a la efervescencia que rodeó al acto.
Este acontecimiento trasciende el poco espacio que le brindaron los medios de comunicación y es, a partir de la organización que se dio, una verdadera fuerza de acción política al servicio del pueblo, con cuadros militantes, para articular una actividad que refuerce las líneas de lucha reivindicativas que tienen como objetivo la independencia económica, la soberanía política y la justicia social.
Hoy hay que actuar rápida y permanentemente para no dejar espacios libres a los que sirven al “establishment”, la oligarquía, el imperialismo y el pensamiento neoliberal.
Debemos reforzar nuestra acción dentro de la organización y fomentando la capacitación, la organización, la responsabilidad con la definición clara de nuestra visión de país futuro, con nuestra misión de militancia, con los objetivos de corto, mediano y largo plazo, definiendo estrategias y aplicando tácticas que nos conduzcan a lograr la emancipación del pueblo y la concreción de la justicia social.
El campo nacional, popular y revolucionario debe ver en estos Centros de Movimientos Populares una herramienta de movilización del pueblo para la acción política, más allá de los partidos políticos pero más acá de los logros en beneficio de las masas populares argentinas y de las luchas de los hermanos de Latinoamérica, apuntando a la defensa de la democracia para transformarla en una democracia participativa que construya un sistema político en defensa del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Siempre se depositan esperanzas en este tipo de acciones y siempre se concretan si no decae la militancia.
La militancia se refuerza con capacitación porque nos permite clarificar el camino, saber donde estamos parados y poder llamar a las cosas por su nombre.
No hay que dejar espacios sin cubrir por que otros los pueden ocupar.
No hay que dejar acciones sin realizar porque ellas nos alimentan en la lucha y nos integra como grupo.
Por eso estamos aquí, porque es un compromiso histórico al cual todos debemos aportar desde nuestras ganas, desde nuestros conocimientos y desde nuestra solidaridad.
Saludo a todos los modificadores del presente y los constructores del futuro.
El pueblo, el País y la Patria Grande lo necesitan.
Ariel Pascielli
Diciembre 2008
Es la decidida necesidad de crear organizaciones populares para que se nuclee en ellas el pueblo argentino para luchar por la justicia, la solidaridad y el trabajo, en un movimiento nacional, popular y revolucionario, con espíritu indo americano, para liberar al continente de las garras del imperialismo y el proyecto neoliberal de la oligarquía local y consolidar el camino hacia la edificación del socialismo.
Esta Asamblea Fundacional es un acto político trascendental que permitió al Secretario General convocar a la lucha, señalando claramente al enemigo y comprometiendo el apoyo al gobierno actual para profundizar desde él, con él y, si así no fuere, pese a él, en concretar reivindaciones nacionales y populares y en la redistribución de la riqueza, en beneficio del pueblo y de los que más lo necesitan.
El Gobierno estuvo participando de la iniciativa con la presencia y la voz del Secretario General de la Presidencia y los invitados extranjeros que en su discurso también dieron su apoyo a ésta iniciativa.
Los representantes de los movimientos populares que hicieron su aporte fueron claros en definir objetivos y cursos de acción, más allá de algún discurso cuasi maniqueo y rayano en la demagogia, que podría atribuirse a la efervescencia que rodeó al acto.
Este acontecimiento trasciende el poco espacio que le brindaron los medios de comunicación y es, a partir de la organización que se dio, una verdadera fuerza de acción política al servicio del pueblo, con cuadros militantes, para articular una actividad que refuerce las líneas de lucha reivindicativas que tienen como objetivo la independencia económica, la soberanía política y la justicia social.
Hoy hay que actuar rápida y permanentemente para no dejar espacios libres a los que sirven al “establishment”, la oligarquía, el imperialismo y el pensamiento neoliberal.
Debemos reforzar nuestra acción dentro de la organización y fomentando la capacitación, la organización, la responsabilidad con la definición clara de nuestra visión de país futuro, con nuestra misión de militancia, con los objetivos de corto, mediano y largo plazo, definiendo estrategias y aplicando tácticas que nos conduzcan a lograr la emancipación del pueblo y la concreción de la justicia social.
El campo nacional, popular y revolucionario debe ver en estos Centros de Movimientos Populares una herramienta de movilización del pueblo para la acción política, más allá de los partidos políticos pero más acá de los logros en beneficio de las masas populares argentinas y de las luchas de los hermanos de Latinoamérica, apuntando a la defensa de la democracia para transformarla en una democracia participativa que construya un sistema político en defensa del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
Siempre se depositan esperanzas en este tipo de acciones y siempre se concretan si no decae la militancia.
La militancia se refuerza con capacitación porque nos permite clarificar el camino, saber donde estamos parados y poder llamar a las cosas por su nombre.
No hay que dejar espacios sin cubrir por que otros los pueden ocupar.
No hay que dejar acciones sin realizar porque ellas nos alimentan en la lucha y nos integra como grupo.
Por eso estamos aquí, porque es un compromiso histórico al cual todos debemos aportar desde nuestras ganas, desde nuestros conocimientos y desde nuestra solidaridad.
Saludo a todos los modificadores del presente y los constructores del futuro.
El pueblo, el País y la Patria Grande lo necesitan.
Ariel Pascielli
Diciembre 2008
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La unificación de las acciones nos brindará la oportunidad de constituir un conjunto fuerte en la defensa y la concreción de todas las reivindaciones que de una manera u otro todos queremos lograr.
Discutamos rápidamente todas las coincidencias para poder actuar en forma inmediata en pos de objetivos de corto y mediano plazo; reservemos las discrepancias para la discusión inteligente, honesta y nutramos con ellas el pensamiento de todos y cada uno para reforzar la definición estratégica en pos de logros que todos reivindicamos desde el campo popular.
Ariel Pascielli
Diciembre 2008
