martes, 11 de noviembre de 2008

Nace SOBERANÍA Y LIBERACIÓN - Convocatoria participativa


Recuperar la Patria perdida.
Compatriotas de una Patria libre, grande, con una historia de dignidad y heroísmo, que supo llevar la libertad al resto del continente, aherrojada aun por el capital multinacional y la desigualdad, en combate permanente con los intereses de una oligarquía estéril, antinacional y antipopular por esencia, conscientes de transitar un nuevo tiempo americano, donde la Patria Grande aparece otra vez posible, tal como la soñaran nuestros próceres fundantes o como la reclamara nuestro padre Túpac Amaru, hemos decidido reunirnos en una propuesta política de unidad nacional y popular antiimperialista.
Hacemos nuestros los más grandes anhelos de las mayorías nacionales, inscriptos en el Nacionalismo Popular Revolucionario primigenio de nuestra Revolución Emancipadora Continental que enunciaran Moreno, Castelli, Belgrano, Monteagudo, San Martín, Bolívar y Artigas. Queremos una Patria Justa, Libre y Soberana, con Democracia Participativa efectiva, con una profunda distribución de la riqueza –que los argentinos supimos poseer- que elimine definitivamente la brutal desigualdad –base de una fuerte violencia social- el hambre, la indigencia y la pobreza de nuestro suelo.
Queremos recuperar para el Estado Nacional las palancas principales de la economía –hoy mayoritariamente privatizadas- con el pueblo movilizado, organizado y protagonizando su propio destino histórico, democratizando el poder y la democracia, participando en la dirección de los negocios y empresas públicas. Estado y palancas que nos deben permitir recuperar y concluir el proceso de Liberación Nacional y Social interrumpido brutalmente en 1930, 1955, 1966, 1976, y aherrojado hasta la infamia por el atroz coloniaje del neoliberalismo prolongado en la noche de la dictadura perdurando en lo sustancial en el tiempo de la democracia en la infamia del menemato y de la Alianza, y recién comenzado a revertir en los últimos años.

Completar el tiempo abierto en diciembre de 2001
Nuestro pueblo recuperó su dignidad perdida mediante la gloriosa rebelión popular de diciembre de 2001, infligiendo al neoliberalismo una gran derrota política, pero sin poder modificar -en lo sustancial- su base estructural, pues no pudo generar una herramienta de reemplazo del poder político existente. El pueblo retornó desde entonces pujante al escenario histórico, mediante un gran movimiento social que recorre la República. Movimiento que creemos, debe transformarse en un poderoso movimiento, social, político y cultural que alumbre una nueva etapa de la marcha histórica de los argentinos, en tanto americanos de la Patria Grande. Soberanía y Liberación se propone ser parte de ese torrente ayudando a su organización política junto a otras organizaciones hermanas que sostienen idénticos ideales de justicia, dignidad e igualdad.
Si bien nuestra lucha viene de lejos originada en distintas culturas políticas e ideológicas, en el último tiempo nos ha unido la resistencia contra el intento de las fuerzas oligárquicas por desestabilizar al gobierno nacional, a partir del lock-out desatado por las intereses del oligopolio sojero, conflicto que permitió de alguna manera reagrupar las fuerzas políticas y sociales de manera nítida en dos bandos claros, como tantas otras veces en nuestra historia, abriendo de hecho un nuevo tiempo político.
De un lado hemos quedado los sectores que, sin unidad política, hemos defendido en unidad de acción el proceso democrático y de cambio iniciado en diciembre de 2001 y profundizado a partir de 2003. De otro lado restan los sectores vinculados de una u otra manera, a la oligarquía, políticamente conservadores y reaccionarios, antipopulares por esencia, con un accionar político-comunicacional que hasta logró alinear a sectores habitualmente identificados con el movimiento nacional, detrás de un consignismo no sólo antiperonista, sino antipopular, en tanto defensor del mas emblemático efecto del neoliberalismo, que es el individualismo y el éxito hoy, sin un mañana posible ni pensado, anulando toda perspectiva colectiva en tanto nación y comunidad..
Creemos sin embargo, que la contraofensiva de los sectores del privilegio, se estrellará contra el accionar unido del pueblo, como viene ocurriendo en el resto de nuestros países hermanos, y los sectores hoy confundidos, retomarán, como ha sucedido en otras etapas históricas, el camino junto al conjunto del pueblo argentino.

El fin del modelo neoliberal
Juega a favor de las fuerzas populares y de Indo-América en particular, la increíble crisis mundial del modelo capitalista neoliberal instrumentado por Ronald Reagan y Margaret Tathcher, en los ’80, plasmado en el Consenso de Washington, y que tuvo por objetivo arrasar las conquistas sociales y económicas obtenidas por los trabajadores de todos los países, las de los pueblos del Tercer Mundo y el modelo Socialista existente hasta entonces en el mundo. Conquistas logradas por las masas del mundo con la destrucción del fascismo, en Berlín en 1945 y vigentes hasta 1975 en los llamados ‘treinta años dorados’ de la economía mundial, en donde el Estado de Bienestar, el socialismo y el modelo social solidario, crearon condiciones de soberanía y justicia social nunca antes vividos por la humanidad.
.Hoy el modelo neoliberal, en su etapa de máxima acumulación, colapsa en las torpes manos del imperio norteamericano, tal como lo adelantara Shumpeter en su descripción final del derrumbe capitalista, por agotamiento del Mercado, producto de la codicia y la especulación. La crisis financiera descomunal del modelo neoliberal, deja al capitalismo de ‘libre mercado’, una vez más desnudo ante la verdad concreta de la historia, como tantas otras veces desde 1830 en adelante. La marcha de la Ley del Valor, y de la Tasa de Ganancia Decreciente expresadas por Marx parecen ser inexorables.
El capitalismo no puede eludir morderse la cola y autodestruirse cíclicamente, a menos que el Estado intervenga, redistribuya, controle o elimine la voracidad del parasitismo financiero y particularmente, proteja a los sectores de menores recursos contra el mecanismo ‘natural’ de devastación y eliminación a que los conduce el capitalismo libre- mercadista. Este modelo que reduce los mercados internos mediante el alto nivel de desempleo y los bajos salarios consecuentes, lleva a todo el sistema a crisis recurrentes, donde el Estado -maldecido y denostado, por los libre mercadistas- debe aparecer para frenar la voracidad financiera y reconstruir lo que las burbujas de la codicia, los mercados a futuro y el ‘laizes faire’ han destruido.
Desgraciadamente, lo que la intervención tardía del Estado, no puede recuperar son los millones de personas –niños y ancianos principalmente- muertos por causas evitables, de condiciones sociales que condujeron al hambre, la inanición y el desamparo, que produjo el modelo neoliberal en el mundo, donde sólo en la Argentina, murieron cerca de 450.000 personas por causas evitables entre 1989 y 2001.

Nuestro destino en la Patria Grande
A diferencia de otros momentos históricos, nuestra Patria Grande puede aprovechar esta oportunidad única para fortalecer de una vez y para siempre, sus estructuras económicas soberanas. Somos superávitarios en todo lo que el mundo necesita: alimentos, energía, agua y minerales estratégicos. Poseemos una importante cifra de capitales propios –sólo Argentina posee cerca de 200.000 millones de dólares fugados del país. Contamos con un importante desarrollo científico y tecnológico propios, que nos permitiría sostener un desarrollo autónomo y sustentable, basado en la obtención de la felicidad y dignidad plenas, de nuestros pueblos históricamente postergados y desterrados de sus propias patrias y destinos.
Indo América puede aprovechar hoy esta crisis, en un sentido similar en que los EE.UU., aprovecharon la crisis de 1930, cuando cerrando su economía a la competencia externa, creara el Estado de Bienestar del New Deal y se transformara en la primera potencia mundial, centrada sobre su gigantesco mercado interno y el rol decisivo del Estado, que reguló, orientó, redistribuyó y limitó la ganancia privada hasta la muerte del Presidente F. D. Roosevelt. De la misma manera podemos autoabastecernos, utilizando autónomamente nuestros cuantiosos recursos, elevando rápidamente el nivel de vida de nuestros pueblos fortaleciendo nuestro consumo y siendo absolutamente soberanos en el manejo y control de los recursos energéticos, hídricos, alimentarios, mineros, financieros, monetarios y estratégicos. Si somos capaces de realizarlo, nada impedirá que el sueño de Túpac Amaru, Bolivar, San Martín, Artigas, Irigoyen, Perón y El Che, se cumpla.
Entendemos así, que lo central no es el tiempo de la contrarrevolución, sino que habitamos la época del cambio y la derrota del modelo neoliberal en distintas formas y matices a escala continental y global. Abarcando formas que van, respetando las identidades nacionales y los ejes culturales de los pueblos, desde la revolución abierta y profunda de nuestros compatriotas bolivianos, ecuatorianos y venezolanos, hasta los cambios más lentos de Chile, Brasil, Paraguay y Uruguay. Por supuesto, este proceso genera la oposición feroz de los sectores reaccionarios, que cargan a su vez con el agravante, de que esta nueva etapa de redención americana coincide, con una crisis sin parangón en la historia moderna, de la dominación norteamericana sobre el mundo y sobre Indo América en particular.
Creemos que, pese a los intentos de la reacción y el privilegio, de la derecha autóctona, expresada en todas sus formas que abarcan desde medios de comunicación, empresarios metidos a políticos ‘asépticos’, dirigentes desplazados por los nuevos tiempos, oportunistas saltimbanquis sin compromiso histórico, hasta sectores de la dictadura militar, incluyendo proyectos abortados y a la izquierda colonial. Pese a todo aquello que pretende tapar el sol, lo que sigue avanzando es la idea del cambio profundo y revolucionario, la conformación de un nuevo paradigma en el conciente colectivo del pueblo -que es el que escribe la historia- para acabar con el modelo neoliberal instaurado por la dictadura.
Creemos así que, el espacio de un movimiento nacional, popular y democrático, que exprese a un proceso revolucionario, democrático, plural y transformador, sigue políticamente vacío; pero ocupando un inmenso lugar en el imaginario social y colectivo. Proponemos construir esa vacancia en unidad, diversidad, reconocimiento del ‘otro’ compañero, con humildad y sin mas rencor que el que permite la lucha contra los enemigos de la Nación. Seguimos pensando que el 19 y 20 de diciembre marcó el inicio de un nuevo tiempo histórico-político de la nación que nos permitió sumarnos a la marcha liberadora de nuestros hermanos del continente, aun cuando nos falte coronar lo social en lo político.

Soberanía y Liberación y el Gobierno Nacional
Respecto del gobierno, saludamos, valoramos y apoyamos todo lo positivo, reparador y democratizador realizado en ambos mandatos. Somos conscientes, y así lo hemos expresado en medio del lock-out patronal agrario, que la reacción no quiere voltear al gobierno por sus errores y déficits, sino por sus aciertos.
Saludamos su reconstrucción de las políticas productivas, la recuperación de la soberanía monetaria, sus avances en la reconstrucción del Estado, sus políticas de inclusión, distribución y reparación social, así como su estratégica y decisiva política de alineación continental con el proceso liberador, el compromiso y la construcción del UNASUR y el Banco del Sur en la concepción de la unidad de los pueblos, acabando con la concepción mercantilista del Mercosur-Valoramos su ‘no al ALCA’ en Mar del Plata que liquidara las ‘relaciones carnales’ con el Imperio iniciadas en los ‘90.
Apoyamos especialmente su política de liquidación de la impunidad para los genocidas, política esta última, inaceptable para la derecha en su conjunto y piedra angular del extraño frente opositor que abarca como decíamos, desde la sociedad rural a partidos supuestamente de izquierda.
Es en ese sentido, en contra de la reacción oligárquica y neoliberal, que apoyamos al gobierno democrático encabezado por la Dra. Fernández y sus realizaciones positivas, como las recientes reestatizaciones de Aerolíneas Argentinas y de las Jubilaciones, saqueadas y vaciadas por imposición del Banco Mundial y el Plan Brady en la década del 90.
Soberanía y Liberación cree necesario ir a fondo en esta línea y recuperar definitivamente las históricas banderas de la Patria Justa Libre y Soberana en un nuevo marco histórico, comenzando por los ferrocarriles, el petróleo, la energía en su conjunto, y el comercio exterior agropecuario y minero, desmontando el neoliberalismo estructural que aún hoy pretende manejar la agenda nacional.
Entendemos que la Democracia Participativa efectiva es parte indivisible de un proyecto de Liberación Nacional y Social. Creemos necesario recrear todos juntos, una expresión política que exprese en mayor profundidad la ruptura con el neoliberalismo producida por la gran rebelión de diciembre de 2001, que abriera por pura prepotencia popular una nueva etapa histórica nacional. Etapa que las fuerzas comprometidas con el pasado y los privilegios, se empeñan en negar y retrotraer.

Recuperar el Estado nación para todos
Queremos recuperar el Estado nacional como palanca principal de las políticas que hacen a la grandeza de la nación y la felicidad de nuestro pueblo. Así creemos imprescindible recuperar la energía, la minería, los servicios públicos, los recursos naturales y el comercio exterior de las materias primas estratégicas en un proceso gradual pero continuado y creciente.
Creemos para ello imprescindible la convocatoria, en un plazo breve, a una Asamblea General Constituyente que permita reformar la Constitución neoliberal de 1994 y recuperar para el Estado Nacional las palancas fundamentales de la economía y profundice el ejercicio soberano del pueblo mediante mecanismos legales de democracia directa y participativa. Así se habilitara otro rumbo para la nación y el pueblo, ‘democratizando la democracia’ en un nuevo proyecto nacional, popular, liberador, americanista e indiano, recuperando para el Estado las palancas principales del desarrollo.
Deseamos recuperar para el Estado de manera inmediata y como medida estratégica, la red nacional ferroviaria de pasajeros y de carga, que supo ser la mayor de América Latina, y hoy se encuentra destruida y para uso exclusivo de la oligarquía terrateniente y su agronegocio sojero.
Queremos implementar una política mucho más activa de reindustrialización de la nación apelando a las políticas históricas para la misma: protección sine qua non del empleo y del salario, mejora de las condiciones laborales, aumento marcado de la distribución de la riqueza, aranceles protectores de la industria nacional, recreación del BANADE y abandono del modelo agroexportador montado alrededor de la sojización, alentando de todas maneras la recreación de un gran mercado interno.
Creemos que la salud, la educación, la vivienda, la protección de la infancia, la niñez, la ancianidad y la seguridad -principales sostenedores del Modelo Social Solidario y del Estado de Bienestar, pero a la vez eje del ataque neoliberal desde 1976, en su doble genocidio militar primero y social después- deben dejar de ser negocios que se apropian del ahorro interno genuino de millones de argentinos, para volver a ser derechos inalienables para todos los argentinos y las argentinas, devolviendo al pueblo la Deuda Interna, de la que no se habla, necesaria para reconstruir la Justicia social.
En esta línea creemos imprescindible librar una campaña que elimine el hambre, la indigencia extrema y la situación de calle de miles de personas y especialmente de miles de niños que nos avergüenzan cada noche en las ciudades de la patria. Es una infamia inadmisible que produciendo casi 100 millones de toneladas de granos un sólo argentino o argentina se muera de hambre. Los Estados Nacional, provinciales y especialmente el de la CABA tiene recursos de sobra para acabar de inmediato, y de manera solidaria e inclusiva -no policíaca- con esta verdadera infamia nacional.
En esa misma línea nos oponemos y rechazamos, cualquier intento de criminalizar a la niñez o la pobreza, bajando la edad de imputabilidad de los menores. El lugar de los menores es el hogar y la escuela y no la calle, la mendicidad, el basural y mucho menos la cárcel o el correccional.
Consideramos fundamental, avanzar en desmontar el colosal poder mediático de la derecha, democratizando los medios de comunicación mediante una nueva Ley de Radiodifusión, que haga realidad las propuestas que los sectores sociales consultados han hecho al respecto.
Queremos abandonar la nefasta sojización y reemplazarla por un plan nacional de desarrollo agropecuario democráticamente debatido y consensuado, que permita el acceso a la tierra de centenares de miles de nuevos productores, que repueblen nuestro campo hoy desierto por el monocultivo y la concentración de la tierra. Esto permitirá volver a producir alimentos sanos y libres de agrotóxicos para nuestro pueblo, en lugar de ‘pasto-soja’ para que China y la Unión Europea críen sus cerdos. Proponemos reemplazar así, el modelo de devastación y contaminación de los recursos naturales –que enferman con cáncer a nuestra gente, arrasan sus huertas y destruyen su hacienda, anulando toda forma de subsistencia-, que propicia la sojización, por un modelo de democratización de la tenencia de la tierra y de la producción de alimentos, recuperando nuestra perdida soberanía alimentaria.
Hacemos nuestro, el reclamo más profundo de la Patria: el de nuestros hermanos milenarios de los Pueblos Originarios cuyos derechos, dignidad y culturas asumimos. Queremos su protección y reparación. Ellos, dueños inalienables de la tierra argentina y americana, brutalmente expropiados y expoliados durante quinientos años de genocidio y latrocinio permanente, deben ser especialmente atendidos en una nueva etapa de la Revolución nacional. Su cultura es nuestra cultura, sus tradiciones son las nuestras. Su ejemplo heroico de resistencia, heroísmo, humildad y solidaridad comunitaria, el ejemplo en que se asientan nuestras mejores tradiciones populares. Esta reparación implica, por supuesto, la devolución de tierras aptas para su supervivencia y desarrollo según sus creencias y cultura, el respeto a sus idiomas ancestrales que deben ser los nuestros, la protección de sus lugares sagrados, así como la recuperación de su memoria histórica como parte de la historia real de nuestra nación.

Tiempo de unidad y de recreación de lo nuevo
Creemos que es este un tiempo de búsqueda de la más amplia unidad nacional y popular, alentando y apoyando todas las formas y mecanismos que alienten el bloque de la Unidad nacional, popular , revolucionaria y americanista. De allí que toda forma de unidad democrática, plural y combativa cuente con nuestro apoyo.
Así consideramos estratégico, que la enormidad de los movimientos sociales que recorren masivamente el país originados en el movimiento piquetero –en su momento, la dignidad de la nación- puedan confluir en una gran Central de Movimientos Populares, cuyos primeros pasos comienzan a darse y desde Soberanía y Liberación apoyamos.
Es también estratégico librar una gran batalla ideológica-cultural que debe reemplazar el pensamiento neoliberal y antipopular que se ha adueñado de las universidades y de los medios de comunicación, después de 32 años de cultura dominante neocolonial, que se expresa en un efecto de fascistización y derechización de las clases medias urbanas y rurales. Sectores hoy corridos fuertemente a posiciones individualistas, elitistas, reaccionarias, racistas, antisolidarios, antinacionales y antiamericanas, en base al desarrollo de una colosal ignorancia, y a un retroceso cultural no visto tal vez desde 1890.
Nos parece imprescindible dar esta batalla para recuperar amplios sectores de estas clases medias hoy ganadas por el ‘lavado de cerebros’ producido por el poder mediático multinacional. De allí la enorme importancia que otorgamos al movimiento de la Carta Abierta, del cual nos sentimos parte fundacional. En el mismo sentido cabe que todas las fuerzas populares demos una batalla por recuperar las universidades para el pensamiento del pueblo y limitar al máximo la influencia nefasta de la privatización del pensamiento y la ‘investigación’.
En la misma línea somos parte integrante, del gran movimiento social y político que en Ciudad de Buenos Aires, se une y lucha contra el autoritarismo y el neoliberalismo en el poder hoy, playa de desembarco de la restauración conservadora a nivel nacional. Derrotar a la opción que crea el enemigo desde CABA, con su modelo “apolítico”, empresario y gerenciador, es estratégico para todo el movimiento popular de todo el país, más allá de los esfuerzos que el ingeniero realiza para deslegitimarse por sí sólo. Creemos sin embargo que este espacio debe buscar una alternativa superadora del lavado ‘progresismo’ del pasado.
Creemos de vital importancia el reagrupamiento e intentos de organización de la inmensa mayoría de los campesinos pobres a través de distintas instancias como el Foro de la Agricultura Familiar, el Frente Nacional Campesino y demás movimientos de pequeños chacareros, de los Movimientos campesinos e indígenas provinciales, que intentan recrear la vacancia dejada en ese sector por las heroicas Ligas Agrarias de los setenta arrasadas por el genocidio terrateniente, permitiendo así llenar el vacío dejado por el pasaje de la FAA al campo de la reacción.
De la misma manera, nos sumamos fraternalmente a las multisectoriales qué como en Córdoba, Santa Fe, Corrientes y otras provincias, luchan por la dignidad del pueblo contra el golpismo. Apoyamos asimismo todas las formas de resistencia y unidad que recorren la nación, como el reciente Encuentro Nacional de Mujeres por la Soberanía Alimentaria, realizado en Santa Fe. Saludamos las acciones de los trabajadores que luchan por recuperar el salario y su dignidad de mil maneras mancillada por el neoliberalismo, y hacemos votos por la más amplia unidad de acción del movimiento obrero organizado que le permita recuperar su histórico rol en la Argentina moderna.
En síntesis, no creemos ser los únicos que transitamos este camino, sino que nos sumamos con humildad, al conjunto de fuerzas y sectores que construyen cotidianamente la lucha y unidad del pueblo, aunque creemos necesario que ese torrente concluya en una construcción nacional de unidad política popular..
Somos parte de un pueblo digno, históricamente combativo, que hiciera de la resistencia su razón de existencia y que supo en un tiempo cercano construir una tierra justa, libre y soberana.
No dudamos que los próximos años serán decisivos para, en unidad y diversidad, profundizar nuestra organización política, para volver a poseer, en un nuevo tiempo histórico, una Patria Justa, Libre y Soberana, plenamente democrática y participativa, en respeto de la pluralidad y diversidad de nuestro pueblo.
Porque creemos que se puede y queremos contribuir al futuro, para ayudar a reconstruir y culminar la tarea de una revolución nacional y social inconclusa, llevando a término la Liberación Nacional y Social de nuestro pueblo y de nuestra Patria, nace SOBERANIA Y LIBERACIÓN, Convocatoria Participativa a la cual invitamos a participar a todos aquellos que amando a la Patria y al pueblo, buscan un camino para luchar y construir unidad en la diversidad.


Buenos Aires 20 de noviembre de 2008
Alberto J. Lapolla, Ana T. Lorenzo, Vicente Zito Lema, Marcelo Arbit, María Eva Rearte, Jorge Rachid, Gabriel Rubinstein, Isabel Zanutig (Santa Fe), Jorge Paolini, Oscar Oriolo, Héctor Fenoglio, Ariel Pascielli, Emilio Arquiola, Graciela Ochoa, Pablo Rey(Chubut), Ángel Luchetta(Chubut), Celia Marechal, María Cristina Saborido, Virginia Liponetzky (Rosario), Jorge Müller, Carolina Alejandra Pérez (Santa Fe), Adolfo Valerga, Pablo Leonardi (Rosario)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Allí estaremos varios, con los dedos en "V", recordando que alguna vez tuvimos la Soberanía y Liberación que hoy nos está faltando.
Un abrazo fraterno para todos los de S y L!!!!