sábado, 31 de enero de 2009

CANJEO HELADERA POR COMIDA





por Ariel Pascielli


La Presidenta de la Nación ha anunciado el Plan para incentivar la compra de electrodomésticos, a través de créditos que el sistema bancario otorgará utilizando dinero que provee la ANSES y que corresponde a la recaudación previsional.

En este momento de crisis financiera internacional y, por ende, que pueda alcanzar al sistema productivo, una medida de incentivación de estas características puede ser bienvenida para paliar efectos no deseados en el desarrollo de la economía argentina.

Pero el sistema tiene necesidades de implementación que da lugar a la intermediación bancaria y comercial. Estos sectores, al margen de otros que componen la logística operativa para que los productos lleguen al consumidor, se pueden distorsionar en la estructura de costos por cuanto la ganancia de los operadores para llegar al precio final en cada etapa de comercialización, no aseguran que éste sea accesible para el consumidor final.

El tratar de asegurar ocupación a la estructura productiva y a la comercial debe implicar dejar de lado la ecuación más ocupación menos salarios que están esgrimiendo las entidades empresarias.

Por otra parte, los créditos hay que pagarlos y las cuotas a cumplir en el devenir, muchas veces dificultan la viabilidad de pago de los sectores medios de la población
que son, en principio, los que se beneficiarían con estos planes. Los otros sectores de la población todavía son muy vulnerables para acceder a este sistema.

Es buena la oportunidad para reiterar la posición de nuestro colectivo en relación con el kirchnerismo: “han hecho cosas que compartimos profundamente, otras que compartimos, otras que no compartimos, otras que no nos gustan y otras que haríamos de otra manera”.

Si bien la incentivación de la producción y el consumo es una medida que compartimos, debemos señalar que es muy importante profundizar la redistribución de la riqueza más allá de buenas medidas de incentivación.

Más allá de estas medidas, el gobierno está en condiciones económico-financieras de poner manos a la obra ya y profundizar la redistribución de la riqueza para sacar del “infierno” a más de diez millones de argentinos que todavía están por debajo de niveles de pobreza e indigencia.

Como dijimos en nuestro trabajo titulado “Petitorio”, hay que eliminar el IVA en medicamentos y alimentos y bebidas que componen la canasta básica y proceder con otros ítems que mencionamos y que sólo requieren decisiones políticas que beneficien al pueblo trabajador.

Esperamos que estos planes destinados a las capas medias de la población, no se reemplacen en el futuro por carteles que digan: “Canjeo heladera por comida”

Ariel Pascielli
Enero 2009

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