miércoles, 4 de febrero de 2009

EL TLC, IRAN, ALAN GARCIA Y LA IV FLOTA


por Ariel Pascielli


Muchos temas están preocupando a los militantes nacionales, populares y revolucionarios en esta etapa de crisis de la sociedad capitalista con su secuela de injusticia y desocupación y con la vuelta histórica que pretenden para que no se sientan afectados mínimamente sus intereses.

Más allá de muy buenos análisis e interpretaciones, de puntualizaciones para ubicar correctamente al enemigo, ocurren cosas en el devenir político que nos pueden sorprender si no los ponemos en agenda y nos preparamos para enfrentarlas.

El TLC, que algunos países de Latinoamérica y el Caribe han firmado unilateralmente con el imperialismo yanqui, luego que en la reunión de Mar del Plata algunos Presidentes de la región, encabezados, entre otros por Néstor Kirchner, hicieran fracasar el proyecto ALCA, ha comenzado a hacerse efectivo, mostrando las verdaderas intenciones del imperialismo en su acción política, más allá de Bush u Obama.

Alan García, presidente del Perú, junto con Uribe de Colombia, son los más entusiastas adherentes y longa manus de las acciones yanquis en la Región.

Las cosas no pasan por las condecoraciones con emoción y llanto que Bush le prodigó a Uribe pocos días antes de finalizar su mandato, pero si por las acciones efectivas que EE.UU. sigue, con constancia y tenacidad, para tratar de impedir la unión latinoamericana y el no sojuzgamiento al imperio que han mostrado algunos gobiernos de nuestros países.

Las estrategias del imperio, no solamente en acciones de contra inteligencia a través del manipuleo de la opinión pública, sino por la presencia de sus fuerzas armadas –léase IV Flota como custodia del orden y la seguridad para Latinoamérica- en Perú, en forma directa y efectiva con desembarco incluido, toda vez que Ecuador ha decidido desalojar el bastión estadounidense en la base de Manta.

Para las usinas estratégicas del imperio, y los que responden al imperio, sigue vigente y se aplica la llamada “doctrina antiterrorista”, que es un eufemismo para consolidar dominio y exclusión sobre los pueblos, cueste lo que costare, sin ahorrar sangre de dominados que pretendan rebelarse a su ambición de poder y lucro.

Utilizando esta “doctrina antiterrorista” están nuevamente tratando de confundir al mundo para justificar sus acciones. La nueva Secretaria de Estado del presidente Obama, Hillary Clinton, en declaraciones efectuadas dos días después de asumir como tal, se refirió a Irán señalando que no van a admitir que este país siga con sus experiencias científicas con uranio porque ese es el camino que están utilizando para construir bombas atómicas.

A ésta altura vale recordar la burda mentira del armamento nuclear que escondía Saddam Hussein, o decenas de grotescos pretextos que siempre han empleado para tratar de “justificar” ante el mundo civilizado acciones de represión, violencia y masacre que han emprendido por sí o por terceros, como en el caso reciente de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno del Estado de Israel en Gaza, ante la silenciosa complicidad de gobiernos y organismos internacionales.

¿Y por qué Irán y el islamismo? Por que la doctrina indica que allí, y en toda el área de influencia está la cuna del terrorismo que justifica la doctrina de represión, que hoy les permite iniciar una zaga de información, que está viendo la luz muy tímidamente en América Latina mostrando fotos trucadas de sectores terroristas en la región que llevan vestimenta al uso islamita, que profesan el islamismo, tal como lo mostraron antes en la triple frontera, donde está una de las reservas acuíferas más grande del mundo y dónde hace tiempo hay un enclave militar del gobierno estadounidense.

Aunque el presidente de Irán diga que el Holocausto no existió, como también lo admite implícitamente Benedicto XVI, y aunque esto pueda ser una línea de distracción para no discutir el otro, y actual genocidio perpetrado por el gobierno del Estado de Israel sobre el pueblo palestino, no “vayamos al trapo” como dicen en España y clarifiquemos donde está el enemigo.

Le falta mucho a las sociedades latinoamericanas para llegar a consolidar la igualdad, la justicia social y la verdadera recuperación participativa por el pueblo de las decisiones estratégicas para una sociedad mejor.

No dejemos de insistir sobre los asuntos no resueltos todavía en cada uno de nuestros países: la recuperación del salario, la redistribución de la riqueza favoreciendo al pueblo y tantos otros que hacen a la justicia social aunque vayamos por el buen camino, pero estemos atentos lo que pasa, aquí y en el mundo, para que no nos sorprendan.

El pueblo hoy se siente y es más fuerte que en el pasado porque es protagonista.

Miremos hacia adelante pero no dejemos de ver hacia los costados y no perdamos la memoria que es lo que nos permite recordar, lo bueno y lo malo.

Porque las necesidades de justicia y el socialismo del Siglo XXI están pero también están la IV Flota, los Alan García, el eufemismo de las “doctrinas antiterroristas”, que no descansan para preservar los privilegios de la sociedad capitalista, los servidores del imperialismo y el imperio.

Ariel Pascielli
Febrero 2009

No hay comentarios: