lunes, 25 de enero de 2010

HAITI Y LA CUARTA FLOTA


por Ariel Pascielli
Soberanía y Liberación
Enero de 2010


La invasión silenciosa, aunque a veces ruidosa, de Estados Unidos en Haití, que se viene desarrollando hace muchos años, está en su apogeo y ya no pueden ocultar sus acciones como han tratado de hacerlo hasta que aconteció el terremoto que devastó la zona.

Se está poniendo en práctica el fundamento hipócrita de por qué recomenzaba sus actividades la IV Flota, que volvía a surcar los mares, y los ríos, para ayudar “humanitariamente” a los pueblos de América Latina, poniendo a su servicio los avances de la tecnología médica y científica, ocultando el verdadero fin: el Gran Gendarme inició acciones para frenar a los pueblos latinoamericanos, ponerlos bajo su custodia y la de las oligarquías de la región, pretendiendo frenar, a la vez, los avances populares en los países de la región.

Ya lo habíamos alertado en un artículo anterior titulado “El TLC, Irán, Alan García y la IV Flota”.

Hoy se concreta con la llegada de más de 10.000 “marines” luego del terremoto disfrazados de ayuda sanitaria, la flota estadounidense controlando el tráfico del aeropuerto de Puerto Príncipe desde la torre del portaaviones, enviando helicópteros para llevar ayuda a zonas de difícil acceso, apoyando la acción de la “fuerza de paz” de las Naciones Unidas, cascos azules, cascos blancos, etc., etc.

Esta puesta en práctica de las estrategias geopolíticas lleva a posicionar al imperio en zonas geográficas que permitan aislar a Venezuela, segundo productor mundial de petróleo, desde Haiti, desde Honduras, desde Colombia.

Pero no solamente es el petróleo, es el agua, es la amazonia, es frenar los movimientos populares de Latinoamérica, es todo, todo para reforzar y garantizar la dominación sobre los pueblos.

Es imponer la “democracia regimentada” llevada adelante por la dominación de las oligarquías vernáculas y sus sirvientes políticos y económicos locales.

Es destruir la acción de los gobiernos para evitar la vigencia del modelo nacional y popular, la defensa de la democracia, los derechos humanos, la soberanía de los pueblos, la justicia social.

En definitiva, es la puesta en marcha de la globalización neoliberal conservadora en Latinoamérica, sin ningún tipo de oposición por parte de los pueblos para sumir a las capas populares en la miseria y en la explotación.

Es el Tratado de Libre Comercio sin Tratado pero con imposición.

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